La Transizquierda.

 LA TRANSIZQUIERDA 


“El feminismo ha sido contrario a los credos religiosos y al conservadurismo político, pero la novedad del tiempo presente es que el feminismo resulta incómodo también a una izquierda posmoderna y pseudofeminista”. (Alicia Miyares)


Escondido tras las llamadas Ley Trans (tenemos 5),  hay mucho más que el borrado de la mujer y la experimentación fármaco-quirúrgica con nuestros niños y niñas. Es la dictadura del mercado planeada meticulosamente por las multinacionales que controlan nuestros datos, la Big Pharma (1) , la industria médica, etc… Lo curioso de todo esto es que son los partidos de izquierda los que están intentando implantarlas. Son sus colaboradores necesarios.  Estas leyes Trans de corta y pega las está implementando globalmente una izquierda “progresista”,  utilizando niveles de violencia social propios de la extrema derecha y contando con el apoyo de prensa y medios entre otros: las escuelas, los medios de comunicación, la publicidad, la industria cinematográfica, de videoclips o de videojuegos ayudan a construir y homogeneizar el actual imaginario colectivo a lo largo del planeta. Desde su integración en las democracias liberales parece que los partidos de izquierda se centran cada vez más en lo que Nancy Fraser (2) denomina injusticias de reconocimiento. 


Los partidos de izquierda han adoptado como propios algunos de los principios que definen a la posmodernidad. Una posmodernidad que ha entrado con fuerza en la izquierda occidental desde las universidades anglosajonas (3), y que apuesta por la descomposición de lo colectivo en favor del  individualismo. La comunidad es sustituida por un conjunto de individualidades que se reflejan en la ideología. La primera fase de esta descomposición se alcanzó con éxito, la lucha de clases ha sido abolida. ¿Se acuerdan cuando el 1 de Mayo no era sólo un puente?. Es el fin de la sociedad que ya sentenció  Margaret Thatcher. 


Ahora toca derrotar al feminismo:  el único movimiento colectivo que ha tomado fuerza en los últimos años. No nos engañemos, como señala Rodríguez Magda (4), esto de la identidad de género no es nuevo, hay que remontarse a los años 90 del siglo pasado,  a lo que los anglosajones llaman la Tercera Ola feminista; cuando se empiezan a separar los caminos entre el movimiento LGTBI y el feminismo; es aquí cuando surge la noción de género como identidad. ¿Por qué entonces nos hacen creer que estas teorías son nuevas, qué son lo más moderno? Lo que es nuevo, lo que ha pasado en realidad los ultimos años es que el movimiento feminista ha tomado la callle a falta de cualquier otro movimiento reivindicativo de izquierda. Ha vuelto a la realidad, a la concreción de nuestros problemas, que siguen siendo los mismos de siempre: violencia y discriminación por el hecho de ser mujeres. Todo el sistema capitalista se sujeta gracias a nuestra desigualdad. 


Esta izquierda posmo, o “progresista” ha adoptado la diversidad en favor de la Igualdad. Daniel Bernabé (5)  lo explica: “abandonando a la clase obrera como actor y sujeto político, la izquierda se reinventará frente a la derecha con la defensa cultural  de colectivos discriminados. Un colectivo se podrá colar en cualquier plataforma “progresista” porque agrega “diversidad”, no importa si defiende ideas retrógradas”. 


¿Qué hace hoy por hoy la izquierda autodenominada progresista? Celebra esta “diversidad” embelesada y abrazada a la teoría neoliberal queer. Es la encargada de “suministrar” los nuevos cambios ideológicos. “La agenda transgenerista no es una iniciativa más entre las que hoy logran la aceptación de los políticos que nos gobiernan. Es el mascarón de proa del proyecto posmo para el futuro global, y sus propuestas nos dan pistas importantes sobre cuáles son sus pilares ideológicos: La disolución de categorías convertida en ley, la confusión de derechos con deseos, el reconocimiento de identidades subjetivas y contingentes como políticamente relevantes, la sacralización de la diversidad; y sobre todo, como contrapunto, la negativa a dar relevancia política y tomar en consideración las bases biológicas de la vida humana, siendo como son, el sustrato de todas nuestras sociedades.” Patricia Merino Murga (6). 


Sabemos que modelar las conciencias de manera que sean capaces de aceptar lo inaceptable no es tan difícil (la ventana de Overton). De momento, los temas progresistas se agitan sin parar en la industria mediática y la agenda cultural. También enseña su patita en educación (infancia trans); guerras culturales sustituyendo a la revolución. La diversidad como nuevo opio del pueblo: brilli brilli, género sentido, cuidados, deseos hechos ley because you’re worth it. 

 

Baste un ejemplo explicativo de cómo opera la “nueva” izquierda. Hemos oído al ministro de consumo recomendarnos la compra de fruta y verdura de temporada, hablar de barrios “populares” y rizando el rizo del meta lenguaje,  referirse a los pobres como consumidores vulnerables en un ejercicio gimnástico de deconstrucción ideológica. Todo mientras siguen proliferando las cadenas de casas de apuestas en sus “barrios populares”, con el beneplácito de su ministerio. No voy a entrar aquí en lo que es  la adicción al juego. Solo señalar cómo castiga aún más a estos barrios obreros. 


La transizquierda* es  la impulsora de un proceso que terminará engulléndola; a ella y a todos, si no reaccionamos a las luces de neón. 


*(con el permiso de Rodrigez Magda) 



BIBLIOGRAFIA 


(1) Elena Armesto

https://www.lahoradigital.com/noticia/31044/igualdad/la-industria-de-la-identidad-de-genero-ha-pasado-de-valer-8000-millones-de-euros-anuales-a-mas-de-3-billones-en-solo-cinco-anos.aspx


https://twitter.com/tfiwseille/status/1368524619632754691?s=21


(2) El Común 23 /03/2021

Gema P. Chimeno

Unidas Podemos y el feminismo


En su ensayo ¿Redistribución o reconocimiento?”, la autora diferencia ante aquellas injusticias derivadas de la falta de aceptación de un colectivo por la sociedad (homosexuales, culturas minoritarias, mujeres, etc) y las injusticias derivadas de la falta de acceso a los recursos (personas racializadas, clase trabajadora, mujeres, etc). Los partidos de izquierda entraron a formar parte de las democracias liberales de estados basados en economías capitalistas, aceptaron ciertas reglas del juego y vieron reducidas sus herramientas de lucha por la redistribución de los recursos. La estructura capitalista no se toca, así que a lo sumo pueden ofrecer ayudas y subvenciones. Un ejemplo seria el mismo planteamiento de la ley igualdad de permisos, donde se comprueba que es más cómodo repartir lo conseguido por las mujeres que obligar a la patronal a poner la parte que los hombres deben aportar en eso de la crianza. Por desgracia, con esta ley se comprueba que cierta izquierda va un paso más allá en la adaptación al sistema: políticas de reconocimiento pero esta vez planteadas desde un punto de vista liberal e individualista.(a)


Y al final una se pregunta cómo una ley que va en contra de los principios más básicos del feminismo, el género como opresión, ha llegado a propuesta de ley. Me arriesgo a decir que lo que contábamos sobre las políticas de izquierdas en el parlamento se refleja en sus propias organizaciones. Estos partidos parecen haber hecho los deberes respecto al reconocimiento de la mujer, por ejemplo, sus manifiestos y su propio nombres usan términos en femenino e intentan eso de las cuotas, pero parece que no pasa lo mismo con la redistribución del poder y de la voz. No hay duda de que no se ha contado con el punto de vista de las feministas de sus filas (b), sino que la propuesta sería muy distinta, y vemos que en cuanto estas mujeres levantan la voz para defender sus derechos y sus análisis, el partido cierra filas para proteger la coalición. Se puede observar el completo desentendimiento de buena parte de los hombres de estos partidos, que al estar libres de la opresión de género se apartan de nuevo, y dejan el problema para los afectados directamente. Ha quedado claro que ellos no van a perder el tiempo ni escuchando, ni entendiendo cada planteamiento y mucho menos posicionándose. Pero en definitiva queda claro que estos partidos se llaman feministas pero la gran mayoría de sus integrantes no han abierto un libro sobre feminismo en su vida.


En definitiva, Unidas Podemos presenta una ley de reconocimiento de un colectivo discriminado apelando a la percepción personal, argumentada con planteamientos liberales y emotivos; y haciendo caso omiso a los análisis feministas y emancipadores más básicos. 


  1. Recomendamos la contrastación de ideas entre Judith Butler, una de las teóricas más importantes de la teoría queer, y Nancy Fraser.


  1. Militantes de Podemos e IU firman manifiestos contra la Ley Trans: 

https://www.elplural.com/politica/espana/900-cargos-publicos-organicos-militantes-firmado-manifiesto-ley-trans-irene-montero_261328102


https://www.europapress.es/nacional/noticia-grupo-militantes-simpatizantes-iu-firma-otro-manifiesto-critico-ley-trans-20210308170820.html





(3)  El Común 13/03/2021

Sergio Mario Gilli

Imperialismo y posmodernismo


La CIA norteamericana los estudió y en 1985 testimonia el entusiasmo de la agencia en un texto desclasificado: “Francia: la deserción de los intelectuales de izquierda.” La organización más criminal del planeta vio más lúcidamente el rol del posmodernismo que la gran mayoría de la intelectualidad progresista de occidente. 


Michel Foucault, Jean Claude Levi-Strauss, Barthes, Jacques Lacan, Jacques Derrida, son algunos de los teóricos aplaudidos por la inteligencia norteamericana. Ellos son hoy “vacas sagradas” de gran parte de la intelectualidad progresista latinoamericana y no es por casualidad. Fueron impuestos en la academia de América Latina en los ’80 sobre la tierra arrasada que dejó la Operación Cóndor.”


(4) Rosa María Rodríguez Magda  Seminario: Sociedad y género 

Universidad de Murcia 25/03/2021     


(5)   “La trampa de la diversidad”: cómo el neoliberalismo fragmentó la identidad de la clase obrera (2018) Daniel Bernabé 

“A sus fines han servido las teorías de ciertos intelectuales (especialmente franceses) cuyo mayor mérito es haberse arrepentido de su pasado izquierdista: los llamados “posmodernos”, que plantean que la realidad es una mera “construcción social”.


(6) El Común 29/03/2021

Patricia Merino Murga 

Verdad y Política: ¿Por qué transicionan las personas?


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