ERROTIK 7: Ugalketa explotazioa

Podcast honetan Berta O.García, ugaltze-esplotazioaren eta emakumeen eta jaioberrien salerosketaren aurkako militantearekin hitz egiten dugu.

 INTRODUCCIÓN:

 
La práctica conocida popularmente como vientres de alquiler o gestación subrogada, no constituye ningún progreso ni avance social. Por el contrario, no es sino una nueva forma de explotación de la mujer y tráfico de personas que convierte a los niños en productos comerciales.
Supone, por tanto, una flagrante violación de la dignidad tanto de la madre, como del niño.

Se intenta presentar los vientres de alquiler o gestación subrogada como una forma más de reproducción asistida, como un tratamiento médico para dar la oportunidad de realizar el sueño de ser padres a aquellas personas que por una causa u otra no pueden reproducirse.
Pero la realidad es bien distinta: la gestación subrogada no cura ni revierte la infertilidad de nadie y los procedimientos médicos y psicológicos se operan encarnizadamente en una mujer que ya es fértil y que no necesita ningún tratamiento para ser madre. 

Las agencias que intermedian en la gestación por sustitución actúan sin ninguna traba en España. Hacen publicidad de su actividad, pese a que la Ley General de Publicidad considera ilícita toda aquella que atente contra la dignidad de la persona o vulnere los valores y derechos reconocidos en la Constitución.

Los contratos que hacen firmar estas agencias a las madres, además de dictar qué les está permitido comer o beber, limitar su libre desplazamiento, o tener relaciones sexuales, otorga a los clientes la decisión de llevar a cabo reducciones embrionarias, es decir, abortos forzados de los embriones implantados en la mujer cuando éstos superan en número los deseados, imponen si la madre gestante debe seguir o no con el embarazo en caso de que el feto presente alguna anomalía, no necesariamente discapacitante o mortal y le prohíben a ella tomar la decisión de interrumpir el embarazo, so pena de devolver el dinero ya cobrado y tener que enfrentarse a indemnizaciones millonarias, lo que para una mujer necesitada de dinero es imposible.

A pesar de ser una práctica prohibida en todo el estado, basta con hacer una búsqueda en internet para comprobar cómo diferentes agencias se ofrecen a gestionar todos los trámites a cambio de un precio.

No es preciso un gran esfuerzo de imaginación para hacerse una idea de la situación económica y social de vulnerabilidad en la que se encuentra una mujer que acepta someterse a ese trato violento, inhumano y degradante. 

Estas agencias, que suelen formar parte de una red de empresas que abarca clínicas privadas, despachos de abogados o entidades financieras, se basan en un entramado jurídico para explotar económicamente la capacidad reproductiva de las mujeres. En concreto, cobran entre 50.000 y 200.000 euros por proceso en función del país donde se lleve a cabo. Y se estima que sus ganancias en 2025 pueden alcanzar los 27.500 millones de dólares, según recoge un análisis del Instituto de las Mujeres del Ministerio de Igualdad.

Aunque los contratos de vientres de alquiler en nuestro país, con o sin precio, “son nulos de pleno derecho”, es decir, no producen efectos y son por lo tanto ilegales, las autoridades sí reconocen como hijos de españoles a los bebés nacidos de gestación subrogada transfronteriza.



https://archive.org/details/errotik7

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